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5 indicadores financieros clave en tu empresa

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4 min
5 indicadores financieros clave en tu empresa

Las empresas que desean alcanzar la rentabilidad y mejorar la gestión empresarial deben conocer todo lo que ocurre dentro de las operaciones, por lo que se vuelve esencial comprender los indicadores financieros clave.

En este artículo vamos a conocer los 5 indicadores más importantes para un negocio, con el objetivo de planificar y mejorar los procesos internos de la organización para alcanzar el éxito de forma efectiva.

1. Ingresos

ingresos

Uno de los primeros indicadores financieros clave de una empresa son los ingresos, que representan el resultado financiero de las obligaciones de un negocio con sus clientes o, en términos más simples, las ventas o el volumen de una empresa.

Los ingresos solo pueden registrarse cuando existen documentos que demuestren que la propiedad de los bienes ha sido completamente transferida al comprador. 

Por ejemplo, si un cliente tiene la opción de devolver productos defectuosos en un plazo de dos semanas, el ingreso solo debe contabilizarse una vez finalizado ese periodo de garantía, y no en el momento del pago.

Para evaluar el estado financiero de la empresa, es fundamental monitorear las ventas de manera regular. En sectores como el comercio minorista o la hostelería, revisar este indicador cada hora puede ser clave para medir la eficiencia del equipo de trabajo.

Asimismo, el control de los ingresos debe ser constante. Para un análisis más preciso, es útil desglosarlos en dos factores: el número de clientes y el ticket promedio. Esto permitirá identificar qué influye en el aumento o la disminución de las ventas. 

Si ambos indicadores crecen, significa que los clientes están dispuestos a pagar más por los productos. En cambio, si los ingresos y la cantidad de clientes disminuyen, es momento de invertir en publicidad y atraer a un nuevo público.

2. Beneficios

beneficios

Otro de los indicadores financieros clave es el de beneficio, que no es simplemente el dinero disponible en la cuenta, sino la diferencia entre los ingresos de la empresa y sus gastos operativos. Ese dinero se destina al pago de alquiler, deudas y adquisición de bienes. 

Además, algunos gastos, como los salarios de los empleados, pueden estar ya contabilizados, aunque aún no se hayan pagado. En estos casos, el dinero sigue en la cuenta, pero en realidad ya no pertenece a la empresa.

En las primeras etapas de una empresa, los gastos suelen ser mucho mayores que los ingresos. Es normal, ya que no es posible cubrir de inmediato todos los costos de equipamiento, compras, promoción, formación y contratación de personal. 

Para determinar cuándo una empresa será rentable, es fundamental desarrollar un modelo financiero que proyecte su evolución. Este modelo debe definir hasta qué momento se prevén pérdidas, cuándo se alcanzará el punto de equilibrio y en qué momento comenzarán a generarse beneficios.

Además de monitorear constantemente la rentabilidad, es clave planificar los beneficios considerando los gastos futuros. 

Si los ingresos aumentan, es importante evaluar si será necesario incrementar la inversión para mantener la operación y, en consecuencia, cómo esto impactará en la rentabilidad.

3. Flujo de caja neto

El flujo de caja neto es la diferencia entre todas las entradas (flujo de caja positivo) y salidas (flujo de caja negativo) de dinero en un periodo determinado. Este indicador financiero permite evaluar si una empresa está generando o perdiendo liquidez. 

A diferencia de los beneficios, el flujo de caja es un reflejo más preciso de la salud financiera de la empresa, siendo un dato clave para los inversores.

Sin embargo, un flujo de caja negativo no siempre es una señal de crisis, puede darse en situaciones como una reestructuración empresarial, donde se requieren mayores recursos de los habituales para operar y crecer.

Una gestión eficiente del flujo permite conocer cuánto dinero hay disponible para cumplir compromisos con clientes, financiar el crecimiento de la empresa y distribuir dividendos. 

Además, brinda tiempo para buscar soluciones en caso de escasez de fondos, como solicitar pagos anticipados a clientes, negociar plazos con proveedores o recurrir a financiamiento externo.

4. Punto de equilibrio

En cuarto lugar tenemos el indicador financiero clave de punto de equilibrio, que es el nivel de ingresos en el que la empresa cubre todos sus costos, sin generar pérdidas ni ganancias. A partir de este punto, cada ingreso adicional representa una ganancia para el negocio. 

Para calcularlo, es fundamental conocer tres elementos: los ingresos, los costos fijos y los costos variables.

Los costos fijos son aquellos que no dependen del volumen de ventas, como el alquiler de locales o los salarios del personal. 

En cambio, los costos variables están directamente relacionados con la producción y pueden fluctuar según la cantidad de productos vendidos. Entre ellos se incluyen el costo de materias primas, transporte y servicios públicos.

La fórmula para calcular el TBU

Punto de equilibrio Ingresos = Costes fijos / Margen (%).

Margen (%) = (Ingresos / (Ingresos – costes variables)) × 100

5. Capital de trabajo

capital-de-trabajo

Finalmente, tenemos otro indicador financiero clave que representa los activos que financian el ciclo de producción de una empresa. Se calcula con la siguiente fórmula:

Capital de trabajo = Caja + Inventario + Cuentas por cobrar – Cuentas por pagar

Un capital positivo indica que la empresa opera principalmente con recursos propios y tiene poca deuda en circulación. Sin embargo, también significa que gran parte de esos fondos están inmovilizados en inventarios y cuentas por cobrar. 

Esto puede generar una situación en la que, aunque la empresa sea rentable, carezca de liquidez inmediata, limitando su crecimiento.

Por otro lado, un capital circulante negativo significa que la empresa depende de financiamiento a corto plazo, es decir, de cuentas por pagar. 

Si los acreedores exigen pagos inmediatos, la empresa podría verse obligada a vender activos o solicitar nuevos préstamos, aumentando su riesgo financiero.

A largo plazo, lo ideal es mantener un capital circulante positivo, donde los activos superen los pasivos y la empresa pueda sostenerse sin recurrir a financiamiento externo. 

Una gestión empresarial de primer nivel con Edenred

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El éxito financiero de una empresa no solo depende de la generación de ingresos, sino también del control y análisis de sus indicadores clave. 

En Edenred entendemos la importancia de medir con precisión cada movimiento financiero para mejorar la eficiencia y rentabilidad de tu negocio.

Por eso, contamos con Empresarial Edenred, una solución diseñada para optimizar la gestión financiera mediante una plataforma integral que te permite monitorear en tiempo real indicadores como:

  • Flujo de caja: controla entradas y salidas de dinero para evitar problemas de liquidez.
  • Gastos operativos: registra cada transacción y mejora la planificación financiera.
  • Punto de equilibrio: analiza ingresos y costos para determinar la rentabilidad.
  • Deducciones fiscales: automatiza la generación de facturas CFDI y simplifica la comprobación ante el SAT.

Gracias a nuestras tarjetas empresariales, podrás asignar presupuestos, rastrear gastos y generar reportes detallados, asegurando una administración financiera eficiente y transparente. Además, con nuestra app móvil, tendrás acceso a la información clave en cualquier momento y lugar.

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